La exportación representa una estrategia fundamental para el desarrollo sostenible de las empresas mexicanas en el cambiante panorama económico mundial. Este enfoque no solo tiene que ver con el desarrollo individual de una empresa, sino que también contribuye al crecimiento y la estabilidad de la economía de México, sustentada en un sector privado más diversificado y conectado con los mercados globales.
No obstante, participar en el comercio internacional tiende a ser desafiante para las empresas, debido a que se enfrentan diversos riesgos que suelen ser inevitables, entre los que se encuentran aspectos logísticos, prácticas aduaneras, diferenciales cambiarios, riesgos comerciales y políticos, entre otros. Asimismo, las empresas enfrentan necesidades de liquidez para acometer los pedidos de sus clientes a nivel internacional.
El financiamiento comercial es una solución diseñada específicamente para solventar estos desafíos. Su importancia radica en su capacidad para abordar aspectos críticos como la gestión del flujo de efectivo, la mitigación de riesgos y la facilitación de la expansión internacional. Al proporcionar los fondos necesarios por adelantado, el financiamiento comercial permite a las empresas adquirir productos o insumos sin desembolsar el monto total de inmediato, lo que es crucial para preservar el capital de trabajo y destinarlo a otras necesidades operativas.
Existen diversas herramientas financieras adaptadas a las distintas fases del proceso exportador de cada empresa. A continuación, te presentamos una clasificación de estos instrumentos:
- Financiamiento pre-embarque: Como su nombre lo indica, es el financiamiento que se otorga en el periodo previo al embarque de los bienes. Funciona como un anticipo al exportador para adquirir materiales y pagar salarios y otros costos relacionados con la producción de los bienes. Este financiamiento puede otorgarse en forma de préstamos a corto plazo y créditos directos.
- Financiamiento post-embarque: Es el financiamiento que se otorga en el periodo posterior al embarque, y permite obtener la liquidez hasta que el producto llegue al comprador y reciba su pago. Esta modalidad es esencial para ayudar a las empresas a mantener su flujo de liquidez mientras esperan el pago de sus clientes en el extranjero, y puede instrumentarse mediante operaciones de descuento o de factoraje internacional.
- Carta de crédito de exportación: Es una de las modalidades financieras más utilizadas en el comercio internacional. Consiste en un instrumento de pago que recibe la empresa exportadora, por medio de un “banco confirmador”, con el compromiso de honrar el pago a su favor, contra la presentación conforme de documentos relativos a la venta de bienes y servicios. Este instrumento brinda tranquilidad al importador, quien solo paga al recibir la mercancía o el servicio, según lo acordado, como al exportador, que tiene la garantía de un pago a tiempo.
- Factoraje internacional (forfaiting): es un instrumento mediante el cual la empresa exportadora vende sus derechos de cobro de facturas (cuentas por cobrar) a un tercero, denominado “factor” (que suele ser una entidad financiera) con un descuento, a cambio de liquidez inmediata. Es particularmente útil si se espera que los clientes tarden mucho en pagar, ya que la entidad financiera asume por completo el riesgo de impago.
- Cobranza documentaria: es una modalidad en la que el exportador entrega a su banco los documentos comerciales que acreditan el envío de la mercancía, facultando al banco del importador para que los entregue una vez que se efectúe el pago. Es emitido cuando existe un alto nivel de confianza y/o experiencia entre el comprador y la empresa exportadora.
- Seguro de crédito a la exportación: es una póliza que se emite en favor de la empresa exportadora para cubrir el riesgo de impago del importador, ya sea por su insolvencia (riesgo comercial) o por riesgos políticos.
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