Si usted tiene una pequeña o mediana empresa (PYME) y decide expandirse o internacionalizarse es normal que tenga algunas fallas o ineficiencias en ciertas áreas de gestión. Esto no quiere decir que su empresa no ofrezca un producto o servicio atractivo, sino que carece del personal necesario o adecuadamente capacitado para gestionar ciertas áreas del negocio de forma eficaz.
Por suerte, en los últimos años, la estrategia del outsourcing se ha desarrollado de tal manera que existen numerosas empresas o individuos que se dedican a la gestión de diversos procesos para facilitarle la tarea a otras empresas.
Según el Instituto Nacional del emprendedor de México, esta alternativa le brinda apoyo externo a las PYMEs en tareas administrativas o que no sean centrales, desahogando tiempo valioso para concentrarse totalmente en su producto o servicio. Por lo general esto conduce al aumento de la productividad y, con ello, a las ganancias.
Se busca aportar mayor valor agregado, mejorar la calidad y la gestión, reducir tiempos de procesamiento e, inclusive, bajar los costos
Es indispensable analizar cuáles son las áreas (si es que las hay) que conviene asignar a un proveedor externo para mejorar el negocio y los ingresos. Por ejemplo, si su empresa comienza a incursionar en los mercados internacionales por primera vez y no cuenta con personal capacitado en comercio exterior, contratar un servicio tercerizado para la preparación de la documentación y los trámites relacionados a esa operativa puede ser una excelente herramienta para mejorar la productividad.
Outsource Magazine detalla que tradicionalmente la práctica se empleaba en actividades periféricas (limpieza, mantenimiento y transporte), pero que en las últimas décadas el aumento de la globalización y la competencia llevó a que se aplicara en procesos de mayor importancia para las empresas (diseño, marketing, tecnologías de información, contabilidad y distribución).
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