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El páramo representa para Lorena Pérez y Felipe Segovia varias cosas: es el lugar en el cual se enamoraron, es el sitio en donde iniciaron sus carreras profesionales, él como ingeniero agrónomo y ella como guía naturalista. Y es también el escenario de Paqocha, su proyecto de vida. Aquella palabra, que en quichua significa alpaca, resume un trabajo de ocho años en los que más de 500 familias de comunidades de Azuay, Cañar, Chimborazo, Cotopaxi y Pichincha se han beneficiado de una cadena productiva solidaria, que ofrece prendas con base en lana de alpaca y tejidas a mano, con las que triunfan en las pasarelas internacionales. El sueño empezó en el 2006 con 25 de estos animales y la idea de revalorizar la "cultura alpaquera de Ecuador", como cuenta Lorena. Luego de obtener la lana, la enviaron a hilar, una porción a mano y otra con un proceso industrial. El resultado: la calidad del trabajo manual fue superior. Con este precedente, Lorena y Felipe se lanzaron a unir los eslabones de la cadena productiva. Todo comienza con la capacitación sobre el manejo de los animales y la obtención de la lana. Una vez que se recopila la materia prima, esta es entregada a mujeres hiladoras. Felipe cuenta que los precios a los que adquieren la lana de alpaca y los que se pagan por el tejido, reconocen los requerimientos del comercio justo. Cuando los ovillos están listos es el turno de las tejedoras. Lorena diseña los modelos de suéteres, bufandas, gorros, vestidos, guantes, etc. Ellas, en un proceso que se asemeja a la magia, van haciendo brotar de las agujetas y el telar las prendas que saldrán a la venta. FUENTE: http://www.revistafamilia.ec/articulos-portada/6751-2014-10-17-17-50-17
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