El estudio de caso “Fortaleciendo la Competitividad de Productores Orgánicos en Micro-cuencas Andinas” elaborado por Penny Bamber y Karina Fernandez-Stark, del Centro para la Globalización, Gobernanza y Competitividad de la Universidad de Duke (CGGC), en colaboración con el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) -miembro del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)- forma parte de una serie de experiencias que trataron de identificar las mejores prácticas para lograr la integración en las cadenas de valor nacionales e internacionales.
La mayoría de los pequeños y medianos productores no cuenta con los contactos necesarios para establecer relaciones con potenciales compradores
A continuación están detallados los cuatro pilares fundamentales para aumentar la competitividad de los pequeños agricultores:
- Acceso al mercado: la mayoría de los pequeños y medianos productores no cuenta con los contactos necesarios para establecer relaciones con potenciales compradores. Esto puede deberse a limitaciones geográficas, culturales o incluso educacionales, entre otras.
- Capacitación: a pesar de que la gran mayoría de los pequeños y medianos productores ha trabajado en la agricultura a lo largo de sus vidas, la capacitación técnica es fundamental para satisfacer las nuevas exigencias de los mercados nacionales e internacionales. Es así que, mejorar tanto la productividad como la calidad del producto de acuerdo a certificaciones y estándares es un requisito para participar en las cadenas de valor.
- Colaboración: para que los pequeños y medianos productores logren competir en mercados nacionales e internacionales necesitan lograr economías de escala. Para esto, la colaboración y coordinación entre los productores es indispensable, ya que además de contribuir a la competitividad, facilita el intercambio de ideas para resolver problemas comunes, disminuir las asimetrías de información y construir el capital social necesario para empoderar a los productores.
- Financiamiento: el ingreso de los pequeños y medianos productores a la cadena de valor requiere de inversión. Es decir, gastos en infraestructura, pago de certificaciones y equipos como sistemas de riego, invernaderos o sistemas de almacenamiento en frío.
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